miércoles, 19 de febrero de 2014

Nube negra






Hay personas que son nube negra. El término me lo ilustró el otro día una buena amiga y mejor artista, cuando le comenté que mi capacidad de soportar a otra de nuestras amigas estaba llegando a límites insospechados. Me considero una persona paciente, pero este tipo de personas son capaces de colmar la paciencia de cualquiera. Se trata de personas que sólo saben ver la parte negativa de las cosas, y su capacidad es inusitada y extremadamente contagiosa, saben hacerlo partiendo desde las más pequeñas cosas. ¿Que hay cola cuando vas al paro? Pues eso se convierte en tragedia nacional. ¿Que vas al banco y resulta que el cajero no ha tenido el día? Pues eso se eleva a drama internacional. Todo ello va seguido de más 100 mensajes de whatsapp que no llevan a ningún sitio, a conversaciones de Skype capaces de alterar al mismísimo Gandhi, ¡ah! y si la nube negra decide tener una cita en persona es ya catástrofe nuclear. Unido a la obligación de tener que hacerle caso siempre que ésta persona lo decida, sea cual sea el medio elegido para ello.



Es normal que todos tengamos momentos de oscuridad mental, y más en las circunstancias que estamos viviendo... Pero de ahí a convertir la vida en un drama continuo hay un trecho. De hecho, comprendería que alguien que realmente tiene un problema grave, transmitiera toda esa negatividad, porque la está viviendo de una forma real. Pero lo que no tolero es que esa negatividad se construya a partir de cosas que al menos yo considero nimias y que no nos llevan a ningún sitio, más que a desesperar al supuesto amigo - interlocutor.



De este modo, muchas veces la persona nube negra no concibe otro tipo de amistad que no sea la suya. Así que en el momento en que le planteas tu visión sobre el agobio (y casi acoso mental) al que te somete, reacciona a la defensiva, rompiendo por lo sano la relación, y sumándote a su lista negra de decepciones.

Así que ésta ha sido la manera a través de la cual he pasado a formar parte de una lista negra esta semana. ¡Y todo por decir como me siento! Señoras y señores nubes negras, ¡hagan el favor! Hay mucha diferencia entre tener un problema real y el montaje mental que ustedes se montan con no sé qué objetivo. Seamos conscientes, relativicemos y demos importancia a lo que realmente lo tiene.

¡No quiero nubes negras en mi vida!




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