viernes, 6 de enero de 2012

Mi año




Ya ha terminado el año 2011. Sin duda, uno de los mejores de mi vida. Un primero de marzo de ese año una llamada telefónica cambió mi vida. Mientras tomaba las uvas para dar la bienvenida a ese nuevo año, jamás pude imaginar de qué modo iba a cambiar mi suerte. Esto me lleva a reflexionar sobre la manera en qué muchas veces intentamos planificar y calcular nuestra vida, sin darnos cuenta que lo realmente importante viene a ocurrir de la forma más inesperada. ¿Quién iba a pensar que la diosa Fortuna iba a fijar su mirada en mí? Y así ocurrió. Se abrió ante mi un nuevo mundo de oportunidades personales y laborales cuya existencia jamás imaginé.

Así que este post se lo dedico a todas esas personas que han hecho posible estos cambios durante este pasado año: a mis compañeros de trabajo, amigos y familiares. Pero sobre todo, a mis compañeros de andadura en la época estudiantil y que todavía no han visto una oportunidad para desarrollar su profesión. Quiero decirles que no desesperen, aunque por experiencia sé que es difícil. En mi caso, la solución fue hacer oídos sordos a lo que todos me aconsejaban, y hacer lo que realmente me gustaba. Porque fue la única forma de dejar salir la pasión por las cosas que yo tenía dentro, en un momento difícil de mi vida. Fijaros, si hubiera estudiado lo que los demás me aconsejaban, me hubiera metido a estudiar un Máster en Producción Agroforestal, o en Genética, o en Ingeniería Alimentaria... Y jamás hubiera podido disfrutar de lo que realmente me gusta, que es aplicar la Ciencia al Arte. Por eso hice oídos sordos a todos aquéllos que humildemente me brindaron su opinión, haciéndome ver que estudiar un Máster en Patrimonio Cultural era una locura para un biólogo.

¿Y sabéis lo que os digo hoy? ¡Bendita locura! Perseguid lo que os hace felices, aunque se salga del camino marcado... ¡Feliz año 2012, ojalá nos traiga tantas cosas buenas para todos como para mi trajo el que ahora ha terminado! Besos para todos, ¡Hasta pronto!

Buscador

Google